Reminiscencias de Minimadelia

Hace unos días debería haber tenido el placer de invitar a todos los que leéis este blog a que acudierais a Minimadelia Design Circus. Siguiendo mi línea de despistes varios me olvidé de convocaros aunque diré en mi descargo, para que la plantera jefe no me mire mal, que me da la impresión de que la mayor parte de los que vais a leer esto estuvisteis allí así que tampoco se hubiera notado mucho la diferencia.
Tuve ocasión de acompañar a nuestros amigos de La Segunda Planta en su incursión en el mundo de las ferias e incluso formé parte de su staff aunque está claro que no me llamó el destino por el camino de la venta. Para eso ya está nuestro amigo Saúl, mucho más preparado para estos menesteres que un servidor.
El nombre del evento no podía estar mejor escogido, no ya por el lado del diseño, que pudimos ver bastante y en muchos casos muy interesante, sino por la referencia a lo mínimo y al circo que es a lo que más se asemejó la organización. La primera cruz fue la disposición de los stands, que por tratar de ser original dejó a muchos stands aislados y con muy poco acceso a los compradores. Por lo que a nosotros respecta, nos vimos situados cerca de la puerta de entrada pero mal orientados, metidos en un pequeña isla junto a otros tres expositores y mirando a un muro. Para empeorar la situación, nos colocaron al lado un montaje de "videoarte" consistente en un DVD y una tele con el volumen a todo trapo escupiendo ruidos. El que lo quiera llamar arte que lo haga pero a mi me daba más bien dolor de cabeza.
Pero todo eso no hubiera tenido importancia si la gente hubiera acudido a una feria que ofrecía productos más que interesantes pero la labor de promoción realizada por la organización, por lo que sabemos casi inexistente, hizo que al pabellón de convenciones del antiguo Ifema de Madrid acudieran mayormente vecinos de la zona y amigos y clientes habituales de las marcas que exponían. Será suficiente decir que en la entrada del pabellón ni siquiera había una lona o un triste cartel para anunciar lo que allí sucedía.
Pocos clientes nuevos y pocos representantes de tiendas pudimos ver con lo que el rendimiento fue muy escaso para una feria que a la que mucha gente acudió desde muy lejos de Madrid, cargados de trabajo y de ilusión por sus productos pero que no se encontraron con unos organizadores que supieran estar a la altura.
Pero como soy fiel seguidor del principio de que hay que sacar cosas positivas de todos las situaciones, tengo unas cuantas cosas buenas que decir, no de la feria, sino de la gente que allí acudió. Para empezar, todos los expositores de la isla (también llamados isleños), en la que nos vimos "atrapados" y que supusieron lo mejor del fin de semana. Un grupo de chicas y un chico sin los cuales los dos días de feria hubieran resultado poco menos que insoportables: Mimetik, Lolita's Moon, Lia & Cia y Keboniko.
En segundo lugar, quiero enlazar la web Jonathan Notario, que expuso algunas de sus obras en un espacio reservado a este menester que había al lado de la famosa isla y que nos gustó mucho a todos los que lo vimos. Y hablando de ilustraciones, destacar que al stand de La Segunda Planta se acercó Raúl Gandolfo junto a otro ilustrador para dejarnos sendas pinturas. Verles trabajar también hizo que todo resultara un poco más llevadero.
Para terminar, mandar un abrazo a los dos pilares de La Segunda Planta y a su mejor vendedor en plantilla, Saúl, por todos los buenos ratos. Y, como siempre, agradecer a Jordi y a Ana otro fin de semana de acogimiento (y van...), como anfitriones seguís siendo insuperables.