18.4.08

Al infierno de Dante pero con música

No creo que este post vaya a generar tantos comentarios como el anterior (quién iba a decir que unas monedillas iban a dar para tanto) pero al final dejaré una pregunta al aire por si os animáis. Empezaré explicando la imagen que adorna este texto. Se trata de una portada realizada por Nicole Peterson para la "La Divina Comedia" de Dante, obviamente para esa primera parte dedicada al Infierno. En este post de CRBlog veréis las otras dos, las dedicadas al Purgatorio y al Paraíso. Las enlazo aquí, primero porque me han gustado como diseño (minimalista, geométrico y directo) y como pequeño recuerdo a cierto intercambio de mails reciente sobre cuestiones indirectamente relacionadas con estos temas que he tenido con un individuo conocido de muchos por su cercanía geográfico/sentimental a los galápagos.
Y aquí viene la parte de la pregunta. Leyendo un post de Design Observer sobre esa curiosa afición de los diseñadores a trabajar escuchando música, me he preguntado, ¿es algo propio de nuestro gremio u otros similarmente enganchados a la oficina y el ordenador sufren similar adicción? Y si es así... ¿por qué? En mi caso es fácil, en parte es una cuestión de gusto (estudiaba con música y trabajo con música; ahora mismo, Nick Cave, haced el favor de no perderos este vídeo) y también un ejercicio práctico, así no tengo que escuchar lo que dicen los demás (trabajo en una planta diáfana por la que pululan más de treinta personas) y sirve de medida disuasoria para los que pretenden decirme algo (esto funciona poco, al menos en el trabajo, en lugares públicos es bastante efectivo). Ustedes dirán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dos cositas:
1. Todavía falta una respuesta a tu último mail. POr lo que de recuerdo nada, está aún coleando, tanto como el señor del lugar al que haces referencia en este post.
2. En mi caso, oigo música pero no con auriculares, con los altavoces la comparto con los demás. Igual no es buena idea estar aislado del mundo cunado en él hay mujeres que pueden hacértela más soportable.

Marcos dijo...

O hacértela imposible, que de todo hay. Ya sabes que yo soy un fiel seguidor de aquello de "mejor sólo que mal acompañado".