26.10.08

La suerte y el Pultacan

pultacanLa teoría es la siguiente: la suerte funciona como una campana de Gauss, la mayor parte de los días unas cosas salen bien y otras mal, unos pocos todo te sale mal y en otras ocasiones, también pocas, todo parece ir a favor de obra. Como sólo guardamos en la memoria los extremos, los días muy malos o muy buenos, da la impresión de que suerte existe en vez de tratarse de una mera cuestión de estadística. Dicho lo cual, los días afortunados se dan y ayer tuve una mañana llena de coincidencias favorables.
Como comenté hace tiempo en mi casa somos muy dados a ir a comprar nuestros propios regalos. Sé que le quita la emoción de la sorpresa pero hay que recordar que los regalos también funcionan según una campana de Gauss; es raro que una sorpresa te haga muchísima ilusión, es probable que te resulte un tanto indiferente y puede darse el caso de que te tengas que quedar mirando a la gente con cara de "¿nos conocemos de algo?". El caso es que andaba detrás de mi regalo de cumpleaños desde hace unas semanas, pero el objetivo declarado, la serie completa de "Los Soprano", se resistía. Unas cuantas vueltas por las tiendas habituales y nada.
Por otro lado, gracias a una compañera del trabajo descubrí hace unos días un pequeño libro, el "Animalario Universal del Profesor Revillod", que es una gozada. Básicamente consiste en dibujos de animales que están divididos en tres partes verticales de forma que puedes ir pasando páginas y formar criaturas de lo más curioso con, digamos, la parte delantera de un pulga, el cuerpo de un canguro y los cuartos traseros de un kiwi para obtener un "parásito glotón de ágiles movimientos de la Nueva Zelanda", el Pultacan (ver foto). Tengo una sobrina a punto de cumplir tres años así que vi el cielo abierto, ya tenía un regalo perfecto (luego tendremos que ver en qué punto de la campana de Gauss cae). Una visita a la tienda de libros del Reina Sofía, donde se suponía que lo tenían, resulto infructuosa. Otra a la Casa del Libro, donde también se suponía que podría encontrarlo y más malas noticias.
Llegados a este punto decidí volver a una de las tiendas en las que había buscado, sin suerte, la caja de "Los Soprano" y aquí es donde llega la primera casualidad en forma de caja reservada para un cliente que nunca fue a recogerla. Así que me apoderé de la caja y me dirigí a pagar. Al menos ya tenía apañado algo. Intentando decidir entre varias cajas a ver cuál iba más rápida, opté por irme a la que estaba más lejos. Ya sabéis que las tiendas suelen poner productos baratos y curiosos al lado de las cajas para que la gente pique. En este caso lo que me encontré en esa caja fue una pila de libros de animalario de Revillod. Y segundo asunto resuelto gracias al fascinante mundo de las casualidades.
Sirva esto para animarnos a no dejar pasar las cosas por creerlas improbables. Nunca se sabe cuando va a sonar la flauta, si pasa con unos simples regalos puede pasar con cualquier cosa.

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