17.12.08

La Segunda Guerra Mundial y las burbujas

Hoy vamos a salirnos un poco de la temática habitual del blog. Leo lo siguiente en Marginal Revolution (traducción propia) sobre la política fiscal y de gasto público en la Alemania nazi anterior a la Segunda Guerra Mundial:

Tooze confirma hallazgos anteriores de que una parte relativamente pequeña de la expansión en el gasto público se hizo en forma de trabajos públicos como las autobahns, mientras que más del 80% consistió en gasto en rearme. Abelshauser llama a esto "keynesianismo militar en gran escala".
Y una conclusión que se me ocurre: ¿es el estallido de la Segunda Guerra Mundial en parte la historia del estallido de la burbuja militar alemana?

12 comentarios:

Anónimo dijo...

lechón... ¿estás de coña, no?

Marcos dijo...

Hombre, el post está en "chorradas" pero le podías haber sacado algo de juego, que para eso estaba.

Anónimo dijo...

¿quieres juego? no he querido entrar a saco porque me molesta sobremanera que se utilice el buen nombre de Keynes tan a la ligera. "Keynesianismo militar" ¿a quién se le ha ocurrido semejante engendro? y más viendo los tiempos que corren en el que se ha demostrado que el mercado por sí solo no puede funcionar y se precisa de cierto "intervencionismo". Pero de ahí a mezclar las tesis de Keynes con la carrera armamentística que emprendió mi primo el alemán en el período de entre guerras me parece una aberración. Sabes bien que siempre defendí el intervencionismo. Un poco/bastante menos en los últimos tiempos, pero cuando empezaba a creer de forma ciega en la autorregulación del mercado, "zasca" va y se va todo a tomar por culo en 4 días porque siempre hay unos cuantos listos a los que hay que controlar para que no se haga trampas y todos juguemos en igualdad de condiciones. Lamentablemente en el sistema financiero no hay un botón de "denuncia de tramposos" a los que banear. Me estoy desviando del tema, pero da igual, tú eres el responsable. No dejes el anzuelo, cabrón, porque entro a saco. Ale, que te follen.

Marcos dijo...

Si entendemos por keynesianismo el recurso al gasto público para crear actividad, empleo y aumentar el PNB es obvio que un programa armementístico que supone más de un 80% del gasto público en un país como la Alemania nazi, donde casi todo era gasto público o inversión ordenada desde el Estado, se puede llamar keynesianismo militar sin demasiado empacho.
Por otro lado, lo que yo quería indicar es que ese nivel de inversión en armamento supone una burbuja en toda regla, una sobreinversión en un sector por encima de su productividad real. Especialmente en ese sector en el que una burbuja sólo puede romperse y hundir la economía o convertirse en una inversión rentable... gracias a una guerra. Vamos, que lo que a mi me parecía interesante era saber si la fecha de ruptura de hostilidades se había visto influenciada por un posible estallido inminente de una burbuja económica en el sector militar.

Marcos dijo...

Ah, y en la autorregulación del mercado sólo creen, como en un absoluto, los ilusos o los demagogos. Los únicos mercados que se autorregulan por si mismos sin más son los mercados con competencia perfecta. De esos hay pocos, el resto necesitan de leyes que impidan posiciones de dominio y estafas (lo que nos llevaría a hablar de la posición de dominio y de la capacidad de estafa del propio estado), eso en la mayor parte de los casos, y de intervención estatal en unos pocos (especialmente monopolios naturales y bienes comunes). Pero de ahí a una intervención estatal en el conjunto de la economía hay un trecho muy largo que te lleva a sitios estupendos tipo Cuba, Corea del Norte... o la Alemania nazi. El Estado es un mal necesario, pero no hay que olvidar que sigue siendo un mal.

Anónimo dijo...

De eso hablaba lechón, de eso. Autorregulación del mercado es lo que claman los neoliberales, que en una suposición perfecta (las teorías se asientan sobre suposiciones perfectas) sería como la naturaleza.

Los animales y plantas se autorregulan ellos solitos y se ha mantenido en equilibrio hasta que nosotros hemos metido las manitas.
Yo no interpreto a Keynes en el sentido que lo has hecho tú. No defiendo el intervencionismo como manera de influir decididamente en el normal funcionamiento del mercado. Sabes bien (porque lo hemos discutido muchas veces) que el keynesianismo que apoyo/interpreto es el que la intervención del estado sirva para equilibrar/controlar las desigualdades (llámalo así o comportamientos anómalos de agentes que interactúan en él y que pueden distorsionar las reglas del juego) que se producen en el mercado.
Otra cosa distinta es la burbuja militar que se podría haber producido en la Alemania nazi. Yo no estoy muy puesto en el tema, pero me jugaría unas cañas a que el gasto enorme en armas no produjo la guerra, sino que las pretensiones imperiales del pequeñín, fueron las que provocaron que la casi totalidad del PNB viniese del armamento.
Creo que me dejo algo en el tintero, pero tengo prisa porque me piro de vacances. Cuando te vea, seguimos con el tema, que se pone interesante. ¡Chau!

Marcos dijo...

El caso es que yo no conozco a nadie que se autoproclame neoliberal, esa es una etiqueta que se inventaron los que detestan el liberalismo (ni neo ni leches).
La naturaleza no ha estado en equilibrio ni antes ni después del homo sapiens. Si así fuera la evolución sería imposible, de hecho, la vida sería imposible en un universo en equilibrio.
El keynesianismo siempre se ha intrepretado, que yo sepa, como la teoría que propone el gasto público como método para eliminar los ciclos económicos (gastando en las bajadas, se entiende, para compensar la bajada en gasto e inversión privada). Intervenir para corregir desigualdades es otra cosa pero no tiene nada que ver con Keynes.
Lo que yo comentaba de Alemania a finales de los 30 no era que la guerra la produjera el gasto armamentístico. Eso sería poner las carreta delante de los bueyes. Mi duda era si una burbuja de ese tamaño podía haber determinado el momento de inicio de la guerra.

¡Felices vacaciones!

Anónimo dijo...

Señores, pásenmelo por fascículos porque, de verdad, he intentado leerlo todo pero os habéis explayado sin cortaros.

Anónimo dijo...

¡Ya estoy de vuelta! Acabo de leerte y creo que o no me he explicado bien o le has dado una interpretación errónea. Yo no he dicho en ningún momento que los neoliberales se autoproclamen así, "Yo" los he llamado neoliberales y no ellos ¡ah! y no detesto el liberalismo, de hecho estoy muy de acuerdo en muchas cosas y en otras no tanto, pero ese es otro tema (si hubiera nacido en el S.XIX sería un liberal convencido, puedes estar seguro).

Pues yo creo que la naturaleza sí se mantiene en equilibrio, que funciona como un mercado en el que nadie juega con más ventaja que la que le ha dado la evolución, sin elementos anómalos que puedan distorsionarlo (a excepción de nuestra intervención, claro) a eso me refería cuando hablaba del equilibrio natural.

Reducir el keynesianismo a la teoría del gasto público para incentivar la demanda en sentido estricto es un poco simplista. Es cierto que quizá lo he adornado demasiado al decir que se trata de mitigar las desigualdades que crea el mercado, pero es que yo tengo una visión (un tanto particular, lo admito) romántica del keynesianismo. En realidad, no solo se trataría de aumentar el gasto público (sobre todo obra pública), sino que se trataría de toda intervención estatal para corregir períodos de contracción económica. Y a mi modo de ver, es en estos períodos donde el capitalismo es más feroz y dónde se aumentan las desigualdades sociales. De ahí que si contraemos los períodos de "crisis" ayudaremos a que las desigualdades sociales se vayan mitigando. Lo que no quita que no esté totalmente de acuerdo con lo del gasto público. Confío poco en los políticos. Una paradoja dificil de solventar.

Por último, lo que yo creo es que la guarra estalló cuando creyeron que tenían el suficiente armamento para hacer frente a lo que se venía encima. Y casi lo logran los hijos de puta. Resultado: Europa patas arriba.

Bueno, espero que se me haya entendido un poco mejor.

Marcos dijo...

Dejo a un lado lo de las etiquetas, que en eso creo que estamos de acuerdo. En lo de la naturaleza creo que estás equivocado. Para empezar no funciona como un mercado. Un mercado se basa en el intercambio voluntario de bienes y servicios y no creo yo que lo de la gacela de La2 sea un sacrificio voluntario. Hay facetas de la naturaleza que podrían funcionar como un mercado (la simbiosis, por ejemplo) pero en esos casos no hay alternativa posible al "acuerdo" en marcha ni voluntariedad consciente así que el símil del mercado realmente no me vale. Lo mismo va para el tema del equilibrio, insisto en que ningún ecosistema ni ser vivo está en equilibrio, la historia natural es un proceso de cambio y desequilibrio constante. Esto es como lo del cambio climático, un contrasentido, ya que el clima siempre está cambiando. Respecto a nuestra intervención, nosotros no dejamos de ser producto de la misma naturaleza que perturbamos y jugamos exactamente igual que los demas, con las armas que la evolución ha puesto en nuestras manos.
Me quedo sin sitio para lo de Keynes. Es obvio que mi resumen es una simplifación pero, si usted me permite, es una simplificación mucho más realista que decir que el keynesianismo pretendía reducir las desigualdades sociales. El capitalismo, por cierto, no es más feroz en épocas de contracción porque es precisamente en esos momentos en los que el estado interviene y regula con más ganas e incluso los propios empresarios persiguen la ayuda y la regulación estatal para proteger su cuota de mercado. El sistema de inversión pública de Keynes es cierto que mitiga la gravedad de las crisis pero también lo es que alarga en el tiempo los procesos de ajustes de asignación de recursos en la economía. Crisis más leves pero más largas, en consecuencia. Lo de que las desigualdades sociales aumentan más en las crisis que en los periodos de bonanaza habría que discutirlo con más calma y con numeritos que no tengo pero a mi no me acaba de resultar obvio.
Lo del inicio de la guerra, para terminar. Imagino que fue una combinación de factores económicos y políticos, vamos a tener que repasar un poco de historia.

Anónimo dijo...

Me paice que tenemos usted y yo gracias a este post unas cuantas discusiones pendientes para cuando nos veamos y dispongamos del tiempo suficiente para exponer nuestros puntos de vista. Creo que hay varias cosas en las que podríamos alcanzar un principio de acuerdo, en otras, difícilmente.

En cualquiera de los casos, siempre será un placer dialogar sobre estos temas disfrutando de un café y de los placeres que la nueva cosecha pueda aportarnos.

P.D. Y las risas, por supuesto.

Marcos dijo...

Totalmente de acuerdo. Para cuando usted acabe con sus exámenes reservaremos un fin de semana para dar curso a estos temas. Que usted lo estudie con salud.